El 18 de abril de 1767, en la pintoresca misión religiosa de Porongo, ubicada en la actual Provincia Ibáñez de Santa Cruz, se escribió un emocionante capítulo en la historia de la ciudad: la fundición de la primera campana que sería hecha en estas tierras. Esta campana, confeccionada con dedicación y maestría por expertos artesanos locales, encontró su hogar inicial en la iglesia del Sagrario, que fungía como Catedral en aquel entonces. Durante años, su tañido resonó en los eventos religiosos, llenando de solemnidad y devoción los corazones de los feligreses. Con el tiempo, la iglesia fue sometida a renovaciones y cambios, y la campana de Porongo encontró un nuevo lugar en una de las torres de la actual Catedral de Santa Cruz. A través de los años, esta antigua campana se ha convertido en un símbolo de tradición y memoria, testigo de la evolución de la ciudad y sus habitantes. Desde su fundición en 1767, la campana de Porongo ha sido testigo silencioso y melodioso de innumerables ceremonias religiosas y cívicas que han marcado la historia de Santa Cruz. Su tañido evoca la conexión con el pasado y la importancia de preservar la herencia cultural de la región. 📚🔍 Bibliografía y fuentes: Solares, J. «Crónicas de la Historia de Santa Cruz». Editorial Histórica Santa Cruz, 2005. Arze, R. «La Campana de Porongo y su legado histórico». Revista Cultural Cruz de Oriente, 2013.

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