En el año 1768, durante la expulsión de los jesuitas de Chiquitos, surgió la interrogante sobre el destino del ganado perteneciente a la orden religiosa. Bajo la dirección del presidente interino de la Audiencia de Charcas, el coronel Juan Victoriano Martínez de Tineo, se tomaron decisiones cruciales para garantizar el cuidado y el uso adecuado de los caballos, mulas y reses que habían quedado en la región. Con el objetivo de preservar estos valiosos recursos y evitar su desperdicio, se ordenó el traslado del ganado hacia Santa Cruz. Las tropas y los pertrechos de guerra de la expedición encabezada por el coronel Diego Antonio Martínez de Torres se encargaron de llevar a cabo esta tarea monumental. El viaje del ganado hacia Santa Cruz estuvo lleno de desafíos y dificultades logísticas, pero finalmente lograron transportarlos de manera segura. Sin embargo, la incertidumbre sobre el destino final del ganado persistió. ¿Qué se haría con estas valiosas posesiones una vez que llegaran a Santa Cruz? Esta interrogante quedó en manos de las autoridades y los líderes locales, quienes debían decidir cómo utilizar el ganado de manera eficiente y beneficioso para la región. El ganado de los jesuitas expulsados no solo representaba una importante fuente de alimento y recursos, sino también un activo clave para el proceso de colonización y desarrollo de la región. Su destino estaba intrínsecamente ligado al futuro de Santa Cruz y su crecimiento económico. ✨📚 Bibliografía y fuentes: Arze Aguirre, Álvaro. «Historia de Santa Cruz». Los Amigos del Libro, 2004. Céspedes del Castillo, Guillermo. «Los jesuitas en Chiquitos: la expulsión y el destino de sus bienes». Ediciones B, 2002.

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