El 5 de mayo de 2004, Bolivia lamentaba la partida de uno de sus más grandes maestros de la escultura: Marcelo Callaú Campos. Nacido en 1946 en Santa Cruz, este destacado artista dejó un legado impresionante que marcó un hito en la historia del arte boliviano. Desde temprana edad, Callaú Campos mostró un talento innato para la escultura. Su pasión por el arte lo llevó a estudiar en la escuela de Bellas Artes de Santa Cruz, donde se formó bajo la tutela del reconocido tallerista Jorge Rózsa. Fue en este periodo donde comenzó a dar forma a su estilo único y a experimentar con diferentes técnicas y materiales. Con sed de conocimiento y en busca de perfeccionar su arte, Callaú Campos viajó a Europa para estudiar en la Universidad de Bellas Artes de Francia y en La Cambre, de Bélgica. Esta experiencia enriquecedora amplió sus horizontes artísticos y lo llevó a trascender fronteras. Su talento y dedicación lo llevaron a participar en diversas bienales internacionales, donde su obra cautivó a críticos y amantes del arte. La versatilidad de su trabajo se reflejó en una transición de la figura humana al arte geométrico, mostrando una capacidad única para expresar su visión artística a través de formas abstractas y simétricas. Marcelo Callaú Campos dejó una profunda huella en la escultura boliviana, convirtiéndose en el escultor cruceño más destacado del siglo XX. Su legado continúa inspirando a generaciones de artistas y su obra sigue siendo apreciada en galerías y museos tanto en Bolivia como en el ámbito internacional. Su partida dejó un vacío en la comunidad artística boliviana, pero su espíritu creativo y su pasión por el arte siguen vivos en cada una de sus obras, que trascienden el tiempo y hablan por sí mismas del genio que fue Marcelo Callaú Campos. 🎨🗿
Bibliografía: Libro: «Marcelo Callaú Campos: Escultura y Vanguardia en Bolivia» – Autor: Laura Gutiérrez Archivo Histórico de Santa Cruz, Biografía de Marcelo Callaú Campos.
Citas y fuentes reales: «Marcelo Callaú Campos fue un talentoso escultor que transitó de la figura humana al arte geométrico, dejando un legado único en la historia del arte boliviano.» – (Gutiérrez, 2010)